Periodismo desde el centro del mundo

Río Amazonas en la ciudad de Leticia, Colombia, en la frontera con Brasil. Foto: Pablo Albarenga

Querida comunidad:

Gracias por entrar en el caudal de nuestra última edición.

Muchísima gente cree que una selva son solo árboles. Es un grave error, y no solo porque haya millones de otras especies bajo las copas. Una selva también es agua. La Amazonia es una confluencia de ríos caudalosos. Son las venas que hacen posible toda la vida. No hay selvas sin ríos. Y los ríos sin selva son poco más que canales.

Por esta razón, las nacientes de los ríos no solo deben protegerse, sino valorarse como valoramos la vida. Los pueblos indígenas lo han hecho durante milenios: las nacientes son sagradas para ellos. Sin embargo, ahora están amenazadas, sus tierras han sido invadidas y las aguas contaminadas con productos químicos tóxicos de la minería. Todo esto para decir que, cuando hablamos de agua, debemos hablar de derechos indígenas y de derechos de la naturaleza.

SUMAÚMA siguió con gran interés la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, que se celebró en Nueva York la semana pasada. Fue la mayor reunión sobre el tema en una generación. Sin duda, era necesaria una conferencia ambiciosa. Un estudio publicado antes de la conferencia pronosticaba que la demanda mundial de agua dulce en 2030 habrá superado la oferta en un 40%, lo cual aumentará el riesgo de desastres humanitarios, conflictos internacionales y colapso de los ecosistemas.

Pero el estudio suscitaba preguntas: ¿la conferencia consideraría el agua un recurso —otra mercancía que se compra y se vende, que se usa y de la que se abusa— o la trataría como la tratan las comunidades amazónicas tradicionales, como una madre, un padre, un abuelo, una parte de la familia de la que se puede depender y a la que se puede cuidar? ¿Los debates estarían dominados por las grandes empresas, que quieren explotar los ríos con fines hidroeléctricos e industriales, o por las comunidades indígenas, que protegen la mayor parte de las nacientes?

Brasil debería haber tomado la iniciativa. Este país tiene más agua dulce que cualquier otra nación de la Tierra, la mayor parte en la Amazonia. Pero, como dejan claro varios artículos de esta edición de SUMAÚMA, esta nación ha sido bendecida con agua, pero también ha sido maldecida con quienes la gestionan. Y lleva demasiado tiempo ignorando las voces de quienes mejor han mantenido la calidad de los ríos: los indígenas.

La lucha por la representación indígena en la política nacional es el tema de un perfil de la primera mujer indígena en ser diputada federal en Brasil, Joenia Wapichana. Ha sido escrito por una de sus asesoras más cercanas, Mayra Wapichana, licenciada en Periodismo por la Universidad Federal de Roraima y responsable de comunicación del gabinete de Joenia en el Congreso. Joenia es ahora la primera indígena al frente de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai), que deberá ser fortalecida si quiere enfrentar las amenazas que suponen la delincuencia y las fuerzas del mercado mundial para los pueblos de la selva y los ecosistemas de los que forman parte. Una nueva investigación, de la que habla en esta edición Ariene Susui, revela que la mitad de las explotaciones de oro ilegales se encuentran en zonas en las que viven poblaciones indígenas aisladas, a las que llevan mercurio, cianuro y otros contaminantes peligrosos. Ariene, que también pertenece al pueblo Wapichana, forma parte de una nueva generación de periodistas indígenas. Tiene una maestría en Comunicación por la Universidad Federal de Roraima y desde los 14 años participa activamente en debates sobre medio ambiente, educación y derechos de las mujeres y los jóvenes.

También pertenece a esta generación la influencer Samela Sateré Mawé, del pueblo Sateré Mawé, que ha estrenado una columna en el canal de SUMAÚMA en el TikTok. Samela estudió Biología en la Universidad del Estado de Amazonas y fue una destacada activista de la Articulación Nacional de las Mujeres Indígenas Guerreras de la Ancestralidad (más conocida por su acrónimo Anmiga). Estamos encantados de darle la bienvenida a nuestra comunidad y esperamos que vean sus publicaciones sobre los planes de Petrobras de perforar la desembocadura del río Amazonas en busca de petróleo y sobre los movimientos de Norte Energia para renovar la licencia de funcionamiento de la central hidroeléctrica de Belo Monte, en el río Xingú.

Sobre este tema, Helena Palmquist nos informa de un importante seminario gubernamental, celebrado en Brasilia, sobre el futuro de la mayor hidroeléctrica de la Amazonia. Los participantes se sorprendieron al descubrir por primera vez lo endeble que es la base que presenta Norte Energia para garantizar que los ecosistemas naturales y los estilos de vida ribereños pueden mantenerse con un caudal de 8.000 metros cúbicos por segundo. Una lectura muy recomendable para cualquier persona interesada en la salud del Xingú. También puede ser del interés de Rodrigo Agostinho, el nuevo presidente del Instituto Nacional del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama), que declaró en una entrevista exclusiva para esta edición de SUMAÚMA que la «vida del río» será primordial a la hora de decidir si se renueva la licencia de funcionamiento de la central.

Para situar todo esto desde una perspectiva más amplia, traemos de vuelta el Gira, el resumen de las noticias sobre la Amazonia que publican organizaciones aliadas y otros medios de comunicación. Aquí encontrarán noticias sobre el impacto del cambio climático, las amenazas que se ciernen sobre los árboles más viejos y grandes, la aprobación por parte de Lula de una ampliación de la polémica carretera BR-319 que atraviesa la Amazonia y una devastadora inundación en la Tierra Indígena Karipuna, en el estado de Rondonia, de la que se culpa a las hidroeléctricas.

Y esto nos lleva nuevamente a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, que terminó con un aluvión de acuerdos, promesas de crear nuevos grupos de estudio científico y compromisos de donación de tiempo o dinero por parte de gobiernos, empresas y ONGs, todo esto con la intención de aliviar la crisis del agua. SUMAÚMA comparte ese objetivo, pero, si el mundo se lo toma realmente en serio, es evidente que, desde la perspectiva de la Amazonia, los primeros pasos deben ser: considerar el agua fuente de vida y no un recurso, dar más a la naturaleza, proteger las nacientes y reforzar los derechos de los pueblos indígenas, que son quienes mejor las cuidan.

Les deseamos a todos, todas y todes caudales limpios.

Jonathan Watts
Creador y director de relaciones internacionales de SUMAÚMA


Revisión ortográfica (portugués): Elvira Gago
Traducción al español: Meritxell Almarza
Traducción al portugués: Thiago Leal
Edición de fotografía: Marcelo Aguilar, Mariana Greif y Pablo Albarenga

Tormenta sobre el río Jari y la selva estatal de Paru, en la Amazonia. Foto: Pablo Albarenga

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