Un dictamen técnico del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) recomienda denegar la petición de la petrolera estatal Petrobras de perforar un pozo en busca de petróleo en el llamado bloque 59, en la cuenca de la desembocadura del Amazonas, a unos 160 kilómetros de la costa de Oiapoque, en el estado de Amapá. Según ha podido averiguar SUMAÚMA, el documento, cuyo acceso está restringido por tratarse de la fase de conclusión del caso, se presentó el 20 de abril. En él se afirma que el proyecto no es viable medioambientalmente y se pide que se deniegue la licencia y se archive el proceso de concesión de la licencia de prospección en el bloque 59, que hace ya nueve años que se arrastra.
El dictamen, firmado por todo el equipo técnico encargado de conceder licencias del bloque 59, es uno de los documentos en los que se basará la decisión del presidente del Ibama, Rodrigo Agostinho, de concederle o no la licencia a Petrobras. El texto menciona que en la previsión de impactos de la actividad en las tres tierras indígenas de la región de Oiapoque hay lagunas y que el plan que presentó la empresa estatal para atender la fauna en caso de derrame de petróleo —en una zona donde hay especies endémicas en peligro de extinción y corrientes marinas particularmente fuertes— genera incertidumbre. También recuerda que el proyecto está rodeado de inseguridad técnica y jurídica, porque no se ha evaluado ampliamente si la industria petrolera y todo el contexto social y ambiental de la región son compatibles, algo que podría haberse hecho mediante instrumentos como la Evaluación Ambiental de Áreas Sedimentarias, establecida en una ordenanza de 2012 de los ministerios de Medio Ambiente y Minas y Energía.
La perforación de un pozo en la cuenca de la desembocadura del Amazonas, donde hay otros ocho bloques para los que se han solicitado licencias de prospección, podría abrir una nueva frontera de explotación petrolera en el margen ecuatorial de Brasil, que se extiende desde el estado de Río Grande del Norte hasta Amapá. Esta región contiene el 80% de los manglares del país y un sistema de arrecifes aún poco estudiado y considerado fundamental para la actividad pesquera. Además, los escasos conocimientos sobre la dinámica de las corrientes marinas locales dificultan poder predecir qué ocurriría en caso de que hubiera un derrame de petróleo y cómo habría que actuar para contener sus efectos.
En total, todavía hay 47 bloques en el margen ecuatorial que la Agencia Nacional del Petróleo ofrece de forma permanente y 157 que están en estudio para subastarse. En una carta enviada a mediados de abril a varias autoridades del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, 80 organizaciones de la sociedad civil —entre ONG ecologistas y asociaciones indígenas, de pescadores y de comunidades extractivistas de la Amazonia— pidieron que se llevara a cabo una Evaluación Ambiental del Área Sedimentaria antes de que se tomara una decisión sobre el bloque 59. También argumentaron que la apertura de una nueva frontera petrolera es «incoherente» con la necesidad de realizar una «transición energética justa e inclusiva» y con los «compromisos sociales y ambientales que ha asumido el gobierno brasileño».
En el plan estratégico para el período de 2024 a 2027, lanzado en 2022, todavía durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, Petrobras consideró que la exploración del margen ecuatorial era prioritaria. El actual presidente de la empresa, Jean Paul Prates, nombrado por el gobierno de Lula, reiteró esta prioridad, afirmando que la búsqueda de petróleo en la región es fundamental para mantener los negocios de petróleo y gas de la estatal «incluso en un panorama de transición energética». Más recientemente, Prates dijo que corresponde a «la sociedad» decidir si debe buscarse petróleo en el margen ecuatorial. «Estamos preparados para explorar nuevas reservas si la sociedad así lo decide», afirmó en un vídeo.
El dictamen técnico que publicó el Ibama el pasado día 20 recuerda que Petrobras, a petición del organismo ambiental, actualizó el «modelo», un estudio por computadora que predice escenarios de dispersión del petróleo en caso de accidente. El modelo también sustenta el llamado Plan de Emergencia Individual, que es una parte fundamental del proceso de concesión de la licencia. Aun así, dice el texto, todavía no se ha terminado de crear una base hidrodinámica que represente mejor la dinámica costera del margen ecuatorial, lo que aumenta la posibilidad de errores, teniendo en cuenta la intensidad de las corrientes y los vientos en la zona del bloque 59. El documento recuerda una vez más que los escenarios de Petrobras no prevén la llegada de petróleo a la costa en un eventual derrame, aunque hay relatos de objetos que llegaron a la costa de Oiapoque desde alta mar, como las partes de un cohete lanzado en 2014 desde el Centro Espacial de Kourou, en la vecina Guayana Francesa.
Restos de un cohete encontrados en el Parque Nacional del Cabo Orange, en la región de Oiapoque. Foto: difusión/ICMBio
En cuanto al impacto sobre las tierras indígenas, donde viven unas 8.000 personas, el dictamen afirma que solo en febrero de este año, en una reunión con el Consejo de Caciques de los Pueblos Indígenas de Oiapoque y otras entidades, Petrobras reconoció que los vuelos de helicóptero entre el aeropuerto de la ciudad y el buque perforador que mantiene en el área del bloque 59 desde agosto del año pasado ya estaban afectando a los pueblos originarios, porque ahuyentan la fauna que las aldeas necesitan para sobrevivir. En aquel momento, la empresa estatal se comprometió a cambiar la altitud de estos vuelos. Sin embargo, según el documento, un aumento estimado del 3.000% del tráfico aéreo durante la actividad de prospección petrolífera exigiría que se hiciera una nueva Evaluación de Impacto Ambiental para el caso específico de las tierras indígenas, que Petrobras consideró que no era necesaria.
Por último, el dictamen técnico del Ibama analiza el Plan de Protección de la Fauna que la empresa estatal presentó como parte del Plan de Emergencia Individual y lo rechaza. Por tanto, no recomienda que se haga la Evaluación Preoperativa, un simulacro de respuesta a un accidente que constituye la última etapa del proceso de concesión de la licencia. Según el texto, todas las alternativas que ha propuesto la empresa para rescatar y transportar los animales afectados por un eventual derrame prevén un tiempo demasiado largo y no tienen en cuenta la posibilidad de que se produzcan cambios bruscos en las condiciones meteorológicas en la zona del bloque 59, lo que afectaría al tiempo y a la viabilidad de la navegación y de los vuelos. El dictamen recuerda que, dadas las especificidades de la costa de Oiapoque, que no permiten el atraque de grandes buques, toda la estructura marítima de apoyo a las actividades de Petrobras tendría su base en Belém, a 830 kilómetros del pozo, una distancia que los barcos recorren en una media de 43 horas. Incluso con lanchas rápidas, el viaje desde la capital del estado de Pará hasta el bloque 59 duraría al menos 26 horas.
El dictamen, firmado por diez técnicos, ha sido refrendado por el coordinador de Licencias de Explotación de Petróleo y Gas Offshore del Ibama, Ivan Werneck Sánchez Bassères, y por el coordinador general de Licencias de Proyectos Marinos y Costeros, Itagyba Alvarenga Neto. Sin embargo, según ha podido averiguar SUMAÚMA, el actual director sustituto de Licencias del Ibama —Rodrigo Agostinho, presidente del instituto que asumió el cargo en el gobierno de Lula, aún no ha nombrado al nuevo titular de este puesto—, Régis Fontana Pinto, discrepó parcialmente del dictamen.
En una resolución enviada a Agostinho, Fontana Pinto opina que las consideraciones sobre los impactos en tierras indígenas y la realización previa de la Evaluación Ambiental de Área Sedimentaria no deberían condicionar la emisión de la licencia. En cuanto a las dificultades logísticas para implementar con éxito el Plan de Protección de la Fauna, sugiere que Petrobras mejore el proyecto y demuestre que puede ser viable durante la Evaluación Preoperativa. Este simulacro de accidente había sido preprogramado para el 20 de marzo, pero terminó no confirmándose debido al tiempo que necesitaba el Ibama para analizar las respuestas que la empresa estatal había enviado a sus observaciones sobre el Plan de Protección de la Fauna y sobre la relación con los pueblos originarios.
En su resolución, registrada el día 27, el director sustituto de Licencias reconoce el peso que tiene una decisión que puede llevar a abrir una nueva frontera petrolera, pero afirma que esa evaluación no es responsabilidad del Ibama, sino de instancias superiores que definen la política ambiental y energética del país.
SUMAÚMA intentó entrar en contacto con el presidente del Ibama, pero hasta la publicación de este texto no había comentado el dictamen técnico de su instituto ni la opinión de Fontana Pinto.
Qué dice Petrobras
En un comunicado que ha enviado a SUMAÚMA tras la publicación de este reportaje, Petrobras ha informado que está «a la espera de una posición del gobierno» sobre la petición de comprobar si hay o no yacimientos de petróleo en el bloque 59 y ha puntualizado que el pozo se encuentra «a una distancia de 175 kilómetros de la costa de Amapá y a más de 500 kilómetros» de la desembocadura del río Amazonas. «La empresa ha llevado a cabo con diligencia el proceso de obtención de la licencia ambiental, cumpliendo todas las exigencias que han definido los organismos ambientales, y hace hincapié en que acatará cualquier decisión, ya sea la de autorizar la perforación o la de realizar estudios más detallados para evaluar la viabilidad del proyecto en la cuenca», ha declarado la estatal.
La empresa añade que solo puede confirmar el potencial del activo, la existencia y el perfil del posible yacimiento» después de perforar el pozo. «Hemos cumplido todas las exigencias y estamos a la espera de la decisión del gobierno. No queremos atropellar el proceso y, contrariamente a lo que han publicado algunos medios, Petrobras no está haciendo ningún tipo de presión. Técnicamente estamos listos, a la espera de la posición oficial sobre nuestra campaña de perforación en la región», ha afirmado el presidente de Petrobras, Jean Paul Prates en el comunicado.
La estatal ha señalado que cada cuenca del margen ecuatorial tiene características diferentes. «La empresa cree que el margen ecuatorial es la nueva frontera de un gran plan energético para Brasil, que incluye la exploración y producción de petróleo y los recursos eólicos en alta mar», afirma el texto. «Uno de los valores de Petrobras es el respeto a la vida, a las personas y al medio ambiente y continuará realizando todas sus operaciones cumpliendo estrictamente las normas de seguridad operacional con las mejores prácticas de responsabilidad social y ambiental», concluye.
Traducción de Meritxell Almarza