Querida comunidad:
Desde el 20 de enero, cuando SUMAÚMA denunció que al menos 570 niños Yanomami habían muerto por falta de asistencia en los cuatro años de gobierno de Bolsonaro, el mundo ha centrado su atención en el genocidio Yanomami. Y eso es exactamente lo que tenía que ocurrir, porque ningún país puede convivir con un genocidio sin destruir su presente y su posibilidad de futuro. La atención sanitaria de emergencia para salvar el mayor número posible de vidas indígenas es solo el primer paso. La expulsión de los garimpeiros (mineros ilegales) es el segundo y habrá que dar muchos más, como juzgar a los responsables. Proteger los territorios indígenas es un deber permanente del Estado, determinado por la Constitución. Pero el tema es que, lamentablemente, además del genocidio Yanomami, hay otros horrores que hay que denunciar y combatir. Algunos fueron causados o agravados por el laboratorio de ultraderecha que fue el gobierno de Bolsonaro. También hay catástrofes inminentes o en curso que demostrarán si el compromiso de campaña de Lula con la Amazonia y los otros biomas, con la lucha contra la crisis climática y con el respeto de los pueblos-naturaleza es real. En esta edición, SUMAÚMA publica dos reportajes que tratan este tipo de emergencias en profundidad.
El primero es una colaboración con el King’s College de Londres. Poco después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, en el 30 de octubre de 2022, el equipo que dirige Octávio Ferraz estuvo en la aldea Katõ, a la que es difícil acceder porque los garimpeiros han invadido el territorio Mundurukú, para contar el horror de la contaminación por mercurio que sufre esa población indígena. Si se hicieran pruebas masivas, lo que no ha ocurrido hasta la fecha, posiblemente nos encontraríamos con otro genocidio indígena en Brasil.
Octávio Ferraz es investigador, profesor y abogado. En el King’s College, dirige el Instituto de Derecho Transacional (Transnational Law Institute), que lleva a cabo investigaciones y actividades sobre derecho con el objetivo de «garantizar el bienestar de la humanidad y la protección y el respeto de la naturaleza de la que dependemos». Es autor de Health as a Human Right (Cambridge University Press, 2021) y desde 2021 dirige el proyecto Las Leyes de Nuestro Futuro Sostenible, «que investiga los determinantes sociales, políticos, económicos y culturales de la eficacia de las leyes de protección del medio ambiente y los derechos humanos de los pueblos de la selva en diversos países». El proyecto apuesta por la colaboración entre el mundo académico y el periodismo de investigación como instrumento fundamental para producir conocimiento sólido y de difícil acceso y difundir de forma ágil los resultados de las investigaciones de campo. Es en este sentido que se da la colaboración entre SUMAÚMA y el King’s College de Londres, que se extenderá durante todo este año.
Para conducir esta interfaz entre el derecho y el periodismo, Octavio entró en el territorio Mundurukú acompañado del periodista Luís Patriani, autor del libro Paraíba do Sul, história de um rio sobrevivente (Editora Horizonte, 2010), y del periodista, escritor y documentalista Patrick Granja, que desde 2008 escribe reportajes sobre violaciones de derechos humanos en las favelas de las grandes ciudades y en los conflictos agrarios y etnoambientales en el interior de Brasil. Patrick es también autor de los documentales Terra e sangue: bastidores do massacre de Pau D’Arco (2017), Livres (2017), Surimã: o rio do veneno (2018) y A troco de nada (2022). También es el autor del libro Cadê o Amarildo? (2015).
El otro reportaje de gran envergadura es extremamente importante para lo que será el gobierno de Lula y cómo se verá Brasil en un futuro próximo en la escena internacional. Cuesta creerlo, pero han logrado la proeza de combinar Amazonia y petróleo en un solo proyecto. Y encima en un momento en que los combustibles fósiles son, con razón, los villanos que han llevado —y siguen llevando— el planeta al colapso climático. La Amazonia, a su vez, con toda su compleja biodiversidad y el funcionamiento interconectado que la convierte en un gran regulador del clima, es una parte esencial de la solución. Quien nos habla del proyecto de prospección petrolífera en la desembocadura del Amazonas es Claudia Antunes, una de las periodistas más experimentadas y respetadas de Brasil, en su debut en SUMAÚMA. Claudia ha ocupado altos cargos en el antiguo Jornal do Brasil, en Folha de S. Paulo, la revista Piauí y, más recientemente, en el diario O Globo, donde coordinaba la sección de Internacional.
En este reportaje, Claudia esboza lo que puede ser el primer gran choque dentro del gobierno de Lula, que fue elegido por un amplio frente que incluía desde notorios defensores de la Amazonia hasta notorios destructores de la Amazonia y que, además, tiene que lidiar con un Congreso en el que la mayoría está más preocupada por sus ganancias inmediatas que por el futuro del clima, de la Amazonia y de otros biomas. La nueva dirección de Petrobras indica que está más que dispuesta a seguir adelante. Pero el ministerio que dirige Marina Silva, la activista climática más importante de Brasil y que además nació en la selva, ha dejado claro que analizará con extrema cautela el proyecto que el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) tiene sobre la mesa.
Lo que ocurra con este proyecto destructivo determinará lo que ocurrirá con el gobierno de Lula y con Brasil. Entenderlo y moverse para detenerlo también es responsabilidad de la comunidad SUMAÚMA. Sería la primera vez que Petrobras o cualquier otra empresa explorara en busca de petróleo en la costa de la Amazonia, justo donde desemboca el río. Las exploraciones existentes —también destructivas— tienen lugar en tierra firme.
La decisión de enviar inmediatamente a profesionales sanitarios para rescatar a los indígenas Yanomami al borde de la muerte, si el presidente y sus asesores de primer nivel no son genocidas, es fácil y obvia, aunque sea difícil logísticamente. Mucho más complicado es impedir cualquier intento de explotar combustibles fósiles en la Amazonia, especialmente en un país que ha entrelazado su idea de modernidad con el petróleo. La decisión dependerá —y mucho— de la capacidad de ejercer presión que tenga la sociedad organizada, los pueblos organizados de la Amazonia, las organizaciones socioambientales y los actores internacionales.
Debemos demostrar que no aceptaremos que se siga explotando de forma predatoria la Amazonia. Y no aceptaremos que Lula 3 retroceda en sus compromisos públicos de proteger la naturaleza y sus pueblos, como hizo Lula 2 al permitir la construcción de grandes hidroeléctricas en la Amazonia, provocando un escenario de destrucción como no veíamos desde la dictadura militar y empresarial (1964-1985). SUMAÚMA permanecerá más que atenta, como debe estarlo el periodismo realmente comprometido con la democracia.
* * *
Para no decir que solo hay dolor en nuestra cobertura, hemos preparado dos momentos emocionantes. La semana pasada una trayectoria fascinante alcanzó su auge, con la toma de posesión de Sonia Guajajara y Célia Xakriabá como diputadas federales —Sonia asumió el cargo, pero dejó el Congreso para seguir siendo la primera ministra indígena de la historia de Brasil— y la de Joênia Wapichana, que en 2018 abrió camino en el Congreso a todas las demás mujeres indígenas y ahora se ha convertido en la primera indígena en presidir la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai). Las tres solo han llegado al centro del poder en Brasilia gracias a una larga y difícil trayectoria desde las bases. La periodista y escritora Alessandra Roscoe cuenta este momento en un vídeo que presenta las voces de algunas de las miles de mujeres indígenas que, juntas, han empezado a escribir un nuevo capítulo de otra historia con la pluma de su tocado.
Maickson Serrão, podcaster, periodista y presentador de Radio SUMAÚMA, ya es conocido en nuestra comunidad. En esta edición, escribe sobre lo que supuso para un «ribereño e indígena Tupinambá» asistir al Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza. Desde la comida rápida cotidiana y los 12 grados bajo cero hasta lo más difícil: sentarse a la mesa con notorios destructores de la selva. Maickson, como es bien sabido, ha hecho de su ostentación un compromiso ético-político.
¡Buena lectura!
Seguiremos juntas, juntos, juntes luchando como la selva: la alegría es nuestro principal instrumento de reXistencia.
Eliane Brum
Idealizadora y directora de SUMAÚMA
Traducción de Meritxell Almarza