«Aprendí que un obituario cuenta la historia de una persona que ha fallecido. Y yo quería hablar de la muerte de la persona que me dio la vida, pero me di cuenta de que mi abuela vive en mí, vive en mi familia, vive en cada pedacito de la comunidad de Boa Esperança». Son palabras de Maxiel Ferreira, de 18 años, un joven Ribereño del Río Irirí, en el municipio de Altamira, en el estado brasileño de Pará. Max fue criado por su abuela, doña Francisca Ferreira. O mejor: doña França, como se la conocía en la comunidad.
La historia de Maxiel y doña França es la de muchas familias brasileñas vulnerables, en las que a menudo son los abuelos quienes asumen la tutela de sus nietos. En Boa Esperança, un lugar de nombre profético, doña França crió a Maxiel para que supiera afrontar los desafíos de la vida Ribereña. Partera, madre, abuela, pilar de la familia y ejemplo para toda la comunidad, enseñó a Max a rezar. Esa conversación con el cielo, con lo divino, marcó la vida del Ribereño para siempre y ahora puede hablar con su abuela a orillas del Río Irirí, al son de los pájaros, para calmar la añoranza.
Max se convirtió en «un buen chico», como él mismo dice. En una sociedad en la que llorar se considera un signo de debilidad y fragilidad, el joven Ribereño sabe que las lágrimas son portadoras de afecto y amor. No las esconde. Contar la historia de doña França es hablar de esperanza. Una buena esperanza.
FRANCISCA FERREIRA, CONOCIDA EN LA COMUNIDAD COMO DOÑA FRANÇA, EN SU CASA, EN ABRIL DE 2018. FOTO: MARCELO SALAZAR/MAZÔ MANÁ
Maxiel Ferreira tiene 18 años y es un joven Beiradeiro del Río Irirí, en el municipio de Altamira, en el estado brasileño de Pará. «Beiradeiro para nosotros es aquel que vive a orillas del río, tiene el mismo significado que Ribereño. Eso es lo que soy». Comunicador del Irirí, Maxiel es periodista-selva y nieto de doña Francisca Ferreira.
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El Programa de Coformación de Periodistas-Selva Micelio-SUMAÚMA comenzó en mayo de 2023. En total, 14 personas del Medio Xingú (cuatro Indígenas, tres Ribereños, una Quilombola, una campesina, una pescadora, una enfermera de salud indígena y jóvenes urbanos de Altamira) participan en encuentros en la selva y en la ciudad, y reciben el acompañamiento de las «sembradoras mentoras», periodistas senior de SUMAÚMA, a la vez que las acompañan, porque la coformación es real y conjugada en la vida cotidiana. En este pódcast, que cuenta la historia de doña Francisca Ferreira, la mentoría ha sido de Maickson Serrão.
Coordinado por Raquel Rosenberg, cofundadora de Engajamundo, el método pedagógico de Micelio-SUMAÚMA huye deliberadamente de cualquier ortodoxia. El programa, ideado por Eliane Brum (también responsable de la supervisión y el contenido) y Jonathan Watts, mantiene el rigor, la responsabilidad y la precisión del periodismo tradicional.
Micelio-SUMAÚMA cuenta también con la consultoría de cuidados de la psicoanalista Ilana Katz y la producción de Thiago Leal. La administración financiera está a cargo de Mônica Abdalla y Marina Borges es la asistente administrativo-financiera. Micelio-SUMAÚMA cuenta con el apoyo de la Fundación Moore y la Iniciativa Google News.
Texto, locución y entrevistas (podcast): Maxiel Ferreira
Arte del Micelio: Hadna Abreu
Texto en esta página: Maickson Serrão e Malu Delgado
Edición de fotografía: Lela Beltrão
Chequeo de informaciones: Plínio Lopes
Revisión ortográfica (portugués): Valquíria Della Pozza
Traducción al español: Meritxell Almarza
Traducción al inglés: Maria Jacqueline Evans
Montaje de página y finalización: Natália Chagas
Flujo de trabajo editorial: Viviane Zandonadi
Editora jefa: Talita Bedinelli
Directora editorial: Eliane Brum
BOA ESPERANÇA, LA COMUNIDAD DE NOMBRE PROFÉTICO DONDE VIVÍA DOÑA FRANÇA, EN EL ESTADO DE PARÁ, BAÑADA POR LAS AGUAS DEL RÍO IRIRÍ. FOTO: MARCELO SALAZAR/MAZÔ MANÁ