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Indígenas que participaron en el XIII Encuentro de Mujeres Yanomami en 2022. Foto: Juruna Yanomami/HAY

Lula, nosotras, las mujeres Yanomami, queremos hacerte llegar nuestra palabra. Estás muy lejos de la Tierra Indígena Yanomami, pero sabemos que recibirás nuestras palabras y que quieres escucharnos. Queremos que sepas que tenemos miedo y estamos muy preocupadas. Hoy la selva está enferma. Cuando nuestra selva está enferma, todos nosotros nos ponemos enfermos.

La selva está toda agujereada. Hay muchos garimpeiros [mineros ilegales] en nuestra tierra. Antiguamente había agua limpia, pero hoy está muy sucia, los ríos están amarillos y ya hace tiempo que están así. Tenemos mucho miedo de lo que pueda pasar, porque nuestra tierra está mal. Los alimentos que plantamos no crecen bien. Nuestros niños ya están sufriendo los impactos de lo que sucede ahora.

Lula, los ojos de los peces están cambiando. Parece que los ojos están sueltos y hasta los animales están diferentes, parecen escuálidos y enfermos. Tenemos miedo de comernos los peces enfermos. Tenemos miedo de que nuestros niños tengan deficiencias.

Los rastros de los garimpeiros hacen crecer la malaria. Antes, cuando no había tantos garimpeiros, había pocas enfermedades. En algunas regiones del territorio Yanomami, nuestros niños mueren de malaria, desnutrición, pulmonía y hasta infestación de lombrices.

Cuando los garimpeiros están cerca, las mujeres nos preocupamos y sentimos mucho miedo. Los garimpeiros nos amenazan y nosotras no queremos vivir así, queremos vivir en paz. Los garimpeiros acosan a las chicas y otros quieren pagar por servicios matrimoniales. Ellos quieren hacerlo así, pero nosotras no queremos que nuestras hijas y nietas tengan que entregarse a esta gente o sufran abusos. Los garimpeiros reclutan a los jóvenes y a sus esposas. Estos jóvenes se sienten atraídos y se vuelven dependientes de los pocos alimentos industrializados que reciben como pago.

La atención a la salud de los Yanomami no está funcionando bien. La presencia de los garimpeiros causa muchos conflictos, lo cual hace que los equipos sanitarios se vayan de la región. Hoy muchos puestos de salud están cerrados en la Tierra Indígena Yanomami. Miles de Yanomami no tienen ninguna atención sanitaria. En los puestos que todavía funcionan no hay medicamentos ni lanchas. Los equipos no pueden ofrecer la atención básica y muchas comunidades no reciben visitas de los equipos de salud.

Estamos viviendo un verdadero caos sanitario. Cuando vamos al puesto de salud, los empleados nos dicen: «no hay medicamentos, no podemos hacer nada, nosotros pedimos medicamentos, pero no llegan». Hay muchos casos de malaria, los casos de malaria se han disparado en todo el territorio, esta malaria es muy fuerte y no hay medicamentos para tratarla. El Gobierno de Bolsonaro ha acabado con las reservas de cloroquina de Brasil y ahora nosotros sufrimos su mala gestión. No queremos llorar porque muere gente, no queremos llorar hasta la madrugada. Ya tenemos muchas cenizas mortuorias.

Muchas de las escuelas que había en nuestra tierra se han cerrado y ya no funcionan. Los niños y los jóvenes ya no estudian. Pensamos en nuestros hijos, que tienen que aprender a leer y escribir. Si no hay escuela, no estamos bien, no podemos ver si se cumplen nuestros derechos ni podemos protegerlos.

La Casa de Apoyo a la Salud Indígena (Casai) no está funcionando bien, los niños van al Hospital Infantil y cuando vuelven a la Casai se ponen enfermos de nuevo.

Agarran otras enfermedades, incluso malaria. Cuando estamos enfermos, nos llevan a la ciudad para que podamos seguir un tratamiento y tenemos que quedarnos allí durante muchos meses y en malas condiciones. Tardan mucho en darnos el alta, no facilitan que volvamos a la comunidad y acabamos poniéndonos enfermos de nuevo. La Casai está muy sucia, hay aguas residuales al aire libre. Por eso los Yanomami no nos curamos y volvemos a enfermarnos.

Lula, estamos felices de saber que serás nuestro presidente, que sabrás escucharnos y contar con nuestra participación en tu Gobierno. Ahora que has sido elegido de nuevo, nosotras, las mujeres Yanomami, vamos a decirte qué queremos.

Queremos vivir en una selva viva y bonita. Los Yanomami queremos vivir de nuevo en una tierra sana, que es la verdadera tierra-selva Yanomami. Queremos que nuestros niños sigan naciendo bien y fuertes. Necesitamos tu ayuda para curar la selva y también a los animales que viven en ella. Queremos seguir viviendo en nuestra tierra, comer alimentos sanos y beber agua limpia.

Expulsa a los que están invadiendo la tierra Yanomami. Haz las operaciones necesarias para sacar a los garimpeiros y sus máquinas. Las pocas operaciones que se hacen solo sacan a las personas y dejan las máquinas en la selva, eso facilita que vuelvan los invasores y reactiven las explotaciones. Hay que cerrarles el camino de entrada. Hay que controlar los caminos, bloquear los ríos y las pistas de aterrizaje que utilizan para llegar a nuestra tierra. Hay que hacer cumplir la ley. Nuestra tierra está demarcada y la minería en las tierras indígenas es ilegal.

Pon en la Sesai [Secretaria Especial de Salud Indígena] y en el DSEI [Distrito Sanitario Especial Indígena] a gente que esté comprometida con nuestro pueblo, que conozca los problemas y que sean profesionales de la salud, para que sepan cuidar bien de la salud de los Yanomami y visiten las comunidades que no tienen puestos de salud. Faltan medicamentos. Hay que enviarlos urgentemente. Hay que hacer una nueva Casai, en la que puedan atendernos dignamente. Las personas que actualmente están a cargo de la salud son nombramientos políticos, no conocen la salud indígena, no se preocupan por nosotros y por eso estamos sufriendo. El coordinador del DSEI debe ser una persona con conocimientos técnicos y sensible a la realidad Yanomami.

Queremos que nuestros jóvenes puedan estudiar en nuestra tierra y en nuestra lengua. Por eso, queremos escuelas indígenas en nuestro territorio y una formación de calidad para los maestros indígenas y los agentes indígenas de salud (AIS).

Queremos vivir según nuestros propios proyectos. Queremos poder seguir de cerca los cuidados a nuestro territorio. Nuestros proyectos no causan destrucción y respetan nuestro conocimiento de la selva. Hicimos nuestro Plan de Gestión Territorial y Ambiental (PGTA) y queremos que apoyes su implementación. Tenemos nuestras reglas y protocolos de consulta, y queremos que los respetes y hagas que se respeten.
Estamos muy felices de que hayas sido elegido.

Nosotras, las mujeres Yanomami, confiamos en que trabajarás para que nuestros niños vivan con salud en nuestra tierra-selva.


Traducción del portugués de Meritxell Almarza

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