Petrobras afirmó este jueves que presentará un recurso administrativo contra la decisión del presidente del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), Rodrigo Agostinho, de negarle a la compañía una licencia para buscar petróleo en el llamado bloque 59, a 160 kilómetros de la costa de Amapá, en la cuenca de la desembocadura del Amazonas. En una nota vehiculada 15 horas después de que Agostinho anunciara su decisión, respaldada en un dictamen técnico de Ibama elaborado en abril y difundido en exclusiva por SUMAÚMA, la estatal también dijo que mantiene su intención de explotar petróleo en el llamado margen ecuatorial de Brasil, una costa ambientalmente sensible que va de Rio Grande do Norte a Amapá. La posición de la estatal era obvia. Menos obvia fue la decisión del líder del gobierno, el senador Randolfe Rodrigues, quien inició el fuego amigo.
El margen ecuatorial incluye el 80% de los manglares del país, alberga especies en peligro de extinción y cuenta con un sistema de arrecifes todavía poco estudiado, que se considera fundamental para la actividad pesquera. Asimismo, el escaso conocimiento sobre la dinámica de las fuertes corrientes marinas locales dificulta la predicción de lo que pasaría si llegara a haber un eventual escape de petróleo y cómo actuar para contener sus efectos. “Se considera que la cuenca de la desembocadura del Amazonas es una zona de extremada sensibilidad socioambiental porque alberga Unidades de Conservación (UCs), Tierras Indígenas (TIs), manglares, formaciones biogénicas de organismos como corales y esponjas, además de una importante biodiversidad marina con especies amenazadas de extinción, como el delfín gris, el delfín rojo, el cachalote, la ballena de aleta, el manatí, el manatí amazónico y la taricaya”, enfatizó Agostinho en su comunicado.
En este contexto, el senador Randolfe Rodrigues, que es del estado de Amapá y acaricia el proyecto de postularse para gobernador de su estado en 2026, decidió marcar su posición ante el electorado. En protesta por la decisión, abandonó ruidosamente su partido, Red Sustentabilidad, el mismo que el de Marina Silva. La disputa entre Randolfe y Marina existía desde hacía algunos meses y el senador ya había dado señales de su intención de dejar el partido. Randolfe tenía la expectativa de incorporarse a un ministerio en el gobierno de Lula, pero la vacante del partido la asumió Marina Silva, lo que frustró sus expectativas. El senador también tuvo un desentendimiento con la ministra durante el proceso de elección del núcleo de comando nacional del partido. Randolfe apoyó a Heloísa Helena y Marina defendía otra candidatura con la líder indígena Joenia Wapichana, actual presidenta de la Funai. Marina fue derrotada.
En abril empeoró el impasse entre Randolfe Rodrigues y Marina Silva en la disputa por el comando del partido Rede Sustentabilidade. El senador tiene proyectos políticos para disputar el gobierno de Amapá en el futuro y decidió mantener ante sus electores una posición de defensa de la “generación de empleo y renta” al pronunciarse como favorable a la explotación de petróleo. Foto: Geraldo Magela/Agência Senado
El senador pasó el jueves en Brasilia dando entrevistas, principalmente a los medios de prensa de Amapá. Llego a decir, incluso, que el Ibama había tomado la decisión “en medio de la noche”, aprovechando la ausencia de Lula en Brasil. En su declaración, ignoró deliberadamente la existencia de un trabajo técnico del órgano federal. Fuentes gubernamentales escuchadas por SUMAÚMA señalaron que, de momento, no se ve amenazada la permanencia de Randolfe como líder del gobierno. Pero el tono de las palabras del senador, de mantener una posición ante el electorado de Amapá en defensa de “la generación de empleos e ingresos”, fue considerado preocupante por el entorno de Marina Silva y contradictorio con los compromisos ambientales asumidos por Lula en la campaña electoral.
“Fue una decisión desafortunada, lamentable, que desconsidera a todo el pueblo de Amapá”, afirmó Randolfe. El senador se quejó de que no se hubiera consultado a ninguna autoridad de Amapá ni tampoco a los ciudadanos del estado.
Randolfe disputa espacio político con el senador Davi Alcolumbre (União Brasil), quien hace una defensa “histórica” de la agenda de explotación petrolera en la costa. Incluso cuando era presidente del Senado, el parlamentario se reunió con Petrobras para tratar el asunto. “La decisión de Ibama de negarle a Petrobras una licencia para realizar investigaciones exploratorias de petróleo en el margen ecuatorial de Amapá es una falta de respeto al pueblo de Amapá. Lucharemos unidos, respaldados en criterios técnicos, legales, razonables y proporcionales, junto al gobierno federal, las bancadas federal y del estado, el gobierno del estado, las entidades y la sociedad civil, para revertir esta decisión equivocada e injusta. Amapá luchará y no lucharemos solos”, dijo Alcolumbre en una nota difundida en sus redes.
Randolfe, hasta entonces reconocido como un político preocupado por el tema ambiental, fue muy criticado y también ironizado en las redes sociales por haber destruido su biografía. Ricardo Salles, el ministro de medio ambiente de Jair Bolsonaro, conocido por decir que era el momento de “hacer pasar el ganado” sobre la legislación ambiental porque la prensa estaba distraída con la cobertura de la pandemia de covid-19, fue uno de ellos, y dijo en Twitter: “¡Bienvenido al equipo!”. Y también: “Vaya, ¿no era Randolfe “el ambientalista” que siempre criticaba al gobierno Bolsonaro por las obras y licencias “antiambientalistas”? Ahora está enojadito porque IBAMA/Marina vetó el proyecto de explotación de PETRÓLEO en su estado, puso el grito en el cielo y se fue del partido… ¡Ganó el amor!”.
La reacción de Petrobras
Petrobras dijo que hará un pedido de “reconsideración en el ámbito administrativo”, como se le dice en la jerga técnica. En este caso, el recurso será analizado por el presidente de Ibama, Rodrigo Agostinho, quien en su comunicado del miércoles (17/5) afirmó que el proyecto de la estatal para la perforación en el bloque 59 “presenta inconsistencias preocupantes para la operación segura en una nueva frontera exploratoria de alta vulnerabilidad socioambiental”. Otra opción para Petrobras sería abrir un nuevo proceso de licenciamiento, el que se acaba de concluir se arrastraba hacía nueve años. La empresa tiene cinco bloques más en licenciamiento en la cuenca de la desembocadura del Amazonas, adquiridos de la petrolera francesa Total después de que Ibama también le negara la solicitud de licencia original realizada en 2018.
El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira (PSD), a la izquierda, y el presidente de Petrobras, Jean Paul Prates (centro): los dos ya anunciaron públicamente su posición a favor de la explotación de petróleo en la Amazonia, mostrando los focos de tensión dentro del gobierno de Lula. Foto: Agência Petrobras
En el Ministerio del Medio Ambiente la evaluación es que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apoyó a la ministra Marina Silva al no intervenir en el proceso de licencia ambiental del bloque 59. El dictamen que amparó la decisión de Agostinho, firmado por 10 técnicos de la Coordinación de Licencias de Explotación de Petróleo y Gas Offshore de Ibama, afirmaba que el emprendimiento estaba plagado de inseguridad técnica y jurídica por no haberse realizado una evaluación más amplia de la compatibilidad entre la industria petrolera y todo el contexto social y ambiental de la zona, mediante un instrumento conocido como Evaluación Ambiental de Área Sedimentaria (AAAS), establecido en una ordenanza de 2012 por los ministerios de Medio Ambiente y Minas y Energía.
La analista senior del Observatorio del Clima y expresidenta de Ibama, Suely Araújo, dijo a SUMAÚMA que Lula actuó correctamente al no pronunciarse sobre el caso. “La decisión es técnica y el Ibama es el organismo responsable. Ni siquiera Marina puede interferir. La decisión de otorgar o no una licencia no puede ser generada por presiones políticas”, dijo Suely. Asimismo, consideró “muy bueno y consistente” el comunicado firmado por Agostinho. Afirmó que “hizo historia” y provocó una importante discusión cuando defendió la realización de una Evaluación Ambiental de Área Sedimentaria antes de decidir si se autoriza o no la perforación de otros pozos en el margen ecuatorial. Solo en la cuenca de la desembocadura del Amazonas, hay ocho bloques más en licenciamiento, incluidos los cinco de Petrobras.
Rodrigo Agostinho, presidente de Ibama, le negó la licencia a Petrobras para buscar petróleo en la desembocadura del Amazonas. El dictamen que respaldó la decisión de Agostinho fue firmado por 10 técnicos de la Coordinación de Licenciamiento de la Expotación de Petróleo y Gas Offshore de Ibama. Foto: Ibama
La prospección en el área era enfáticamente defendida por el presidente de Petrobras, el petista Jean Paul Prates, y por el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, del PSD. A la dupla se le sumó el ministro de Integración Nacional, Waldez Góes, del PDT. Nacido en Amapá y exgobernador del estado, Góes es también otra voz dentro del gobierno a favor de la explotación en el margen ecuatorial de Brasil. El gobernador de Amapá, Clécio Luís, del partido Solidariedade, dijo que está considerando acudir a los tribunales para anular la decisión del presidente de Ibama, pero fuentes del sector ambiental dijeron que la posibilidad de que prospere una demanda es cero: el “emprendedor” tiene derecho a presentar la solicitud de licencia, pero no el de obtenerla, que es una decisión técnica.
Por esa misma razón, no tiene ningún sentido la queja de Clécio Luís y Randolfe Rodrigues de que no se hubiera escuchado al gobierno de Amapá y a los parlamentarios del estado. En el proceso de licenciamiento ambiental, el “emprendedor” solo tiene la obligación realizar audiencias públicas para informar y aclarar dudas de la población del área afectada por el proyecto, lo que sí se produjo en el caso del bloque 59.
A principios de mayo, el ministro de Minas y Energía dijo haber llamado a Agostinho, exdiputado del PSB, quien se habría comprometido a “enfocarse con los técnicos para ver si encuentran una solución para el licenciamiento”. Asesores de Marina, sin embargo, afirman que ni Alexandre Silveira ni Jean Paul Prates ejercieron presión directa sobre la ministra. El enfrentamiento, según ellos, se habría producido principalmente “a través de la prensa”. El presidente de Petrobras estuvo en el gabinete de Marina en Brasilia a fines de marzo, aunque se consideró que la reunión fue prudente y defendió el “compromiso ambiental” de la compañía, ella le dijo que la decisión sobre el bloque 59 iba a ser técnica y estaría a cargo de IBAMA.
Los asesores de Marina consideraron muy importante la declaración que hizo Lula sobre Petrobras en la ceremonia del 10 de abril, en la que celebró los 100 días de gobierno. Allí repitió, casi con las mismas palabras, declaraciones que la ministra había dado en una entrevista a SUMAÚMA en marzo. “Petrobras financiará la investigación de nuevos combustibles renovables. (…) Es importante que ustedes, ministros, sepan lo que pienso: nunca pensé en Petrobras como una empresa petrolera, Petrobras siempre fue más que eso. Es una empresa de energía, históricamente fue la empresa que más invirtió en investigación en este país, y que más invirtió en innovación en este país”, dijo en esa ocasión el presidente.
Para el equipo de Medio Ambiente fue una manifestación del compromiso de Lula con el combate al calentamiento global, con la preservación de la selva amazónica y con una transición energética verde, lo que ha destacado en los numerosos viajes internacionales que emprendió desde que asumió el cargo en enero. El miércoles, cuando el Ibama anunció la decisión de Agostinho, Lula no estaba en Brasil. Viajó a Japón como invitado a una cumbre del G7, grupo integrado por siete países ricos e industrializados aliados de Estados Unidos. Recién regresa el lunes 22.
A pesar de las numerosas dudas sobre la viabilidad ambiental del emprendimiento expresadas por los técnicos de Ibama a lo largo del proceso de licenciamiento, Petrobras dijo en su nota que “recibió con sorpresa” el rechazo de la licencia”. La estatal alegó que cumplió todos los requisitos del organismo y lamentó que no hubiera habido un simulacro de respuesta a accidentes, denominado Evaluación Pre-Operativa en la jerga técnica, que permitiera evaluar los planes de respuesta presentados. “Con esta decisión, el país renuncia al derecho de confirmar potencialidades que podrían contribuir con el desarrollo económico y social de las regiones Norte y Nordeste del país”, afirmó. La estatal agregó que ahora está “empeñada” en obtener una licencia de perforación en la cuenca de Rio Grande do Norte, la primera en el margen ecuatorial – y la única donde existe prospección de petróleo de otras compañías. “Para abastecer la demanda futura de petróleo de Brasil, el país tendrá que buscar nuevas fuentes, además del presal”, agregó. La nota menciona una distancia de la costa de Amapá de 175 kilómetros, lo que no se refiere al bloque 59, sino al pozo Morpho, donde se realizaría la perforación.
El comunicado en el que Agostinho negó la licencia mencionó otros emprendimientos de Petrobras en el mar. Dijo que el plan de contingencia propuesto para el bloque 59 “es inferior a las prácticas adoptadas por la misma compañía en otras zonas de la costa, lo que sería una contradicción en una nueva frontera con activos ambientales altamente vulnerables”.
Crisis política en un gobierno en apuros
La posibilidad de explotación petrolera en el margen ecuatorial de Brasil abrió otra crisis política dentro del gobierno que podrá tener consecuencias de gobernabilidad para Lula. La firme posición de Marina Silva en contra del avance del uso de combustibles fósiles para detener el colapso climático ahora enfrenta resistencia explícita de tres ministerios: el de Minas y Energía, el de la Integración Nacional y el de la Agricultura. Entre los tres, la ya conocida oposición se generó con la bancada ruralista del Congreso y con los intereses del agronegocio incluidos en la agenda de la Agricultura.
Por más que la decisión del presidente de Ibama se haya amparado en criterios técnicos y, como él mismo subrayó, sin injerencia política del Ministerio del Medio Ambiente, se ve a Rodrigo Agostinho como un aliado de Marina dentro del gobierno. Asimismo, se está formando un frente de senadores, articulado con los ministerios de Minas y Energía e Integración Nacional, contra la decisión del Ibama. El grupo quiere programar una reunión de emergencia con Lula, apenas regrese de Japón, y con el vicepresidente Geraldo Alckmin (PSB).
Un día antes de la decisión del Ibama, el 16 de mayo, una delegación encabezada por el gobernador de Amapá, Clécio Luís, el senador Davi Alcolumbre (União-AP), diputados del estado, empresarios y representantes de la Asociación Comercial del Estado, estuvo en audiencia con el ministro Alexandre Silveira, en Brasilia. La peregrinación, tal como figuraba en la agenda oficial del ministro, tenía como objetivo discutir “la explotación en aguas profundas de Petrobras en la desembocadura del Amazonas”.
El expresidente del Senado, Davi Alcolumbre (União-AP), y el líder del gobierno en el Congreso, Randolfe Rodrigues (sin partido-AP), disputan espacio político, pero están juntos en la defensa de la explotación petrolífera en la desembocadura del Amazonas y prometieron una reacción colectiva y articulada de la bancada de Amapá. Foto: Pedro França/Agência Senado
Después de que el ministro Alexandre Silveira defendiera públicamente la explotación de petróleo en la desembocadura del Amazonas, el Ministerio de Minas y Energía optó estratégicamente por usar un tono más suave y neutral. En nota oficial, el ministerio informó que “recibió la decisión de Ibama sobre el margen ecuatorial con naturalidad y el debido respeto institucional”. “Todo el proceso de discusión del tema ha asegurado la plena participación de los órganos involucrados y respetará las directrices del gobierno del presidente Lula, de unión y reconstrucción, de confianza y diálogo, teniendo en cuenta el respeto por el medio ambiente y las cuestiones sociales y económicas del País”, dice un trecho de la nota difundida por el ministerio.
Lula, providencialmente, está en Japón mientras el fuego amigo arde en la Esplanada de los Ministerios. Desde el principio de su gobierno se sabía que la explotación de petróleo en la desembocadura del Amazonas sería el primer gran escollo del gobierno, entre una izquierda de origen sindicalista, que venera el petróleo como si el siglo XX nunca hubiera terminado, y una izquierda conectada con el enfrentamiento de la crisis climática y la ciencia de punta, en la que se demuestra que los combustibles fósiles son los villanos que pueden condenar la vida de las generaciones futuras.
El presidente sabe que proteger la Amazonia y abrir un frente de explotación petrolera en la desembocadura del Amazonas son actos incompatibles. La pregunta es cuánto podrá sostener un gobierno con problemas de gobernabilidad. Por el momento, al menos públicamente, la derecha contempla cómo el fuego amigo disparado por Randolfe Rodrigues causa daños y abre el camino a material más pesado. Pero, indudablemente, ya actúa detrás del escenario. La fuerza de Marina Silva para mantener la decisión dependerá del apoyo de la sociedad organizada dentro y fuera de Brasil, y especialmente de la presión internacional.
Revisión ortográfica (portugués): Elvira Gago
Traducción al español: Julieta Boedo
Traducción al inglés: Diane Whitty
Edición de fotografía: Marcelo Aguilar, Mariana Greif y Pablo Albarenga
Montaje de página: Viviane Zandonadi