El Brasil que en los últimos cuatro años ha llorado la muerte de 40 líderes indígenas, la falta de demarcación de tierras y la muerte de 570 niños Yanomami por falta de atención médica ha vivido esta semana un momento histórico. Por primera vez, dos mujeres indígenas, Sonia Guajajara y Célia Xakriabá, ambas del Partido Socialismo y Libertad, han sido elegidas diputadas del Congreso Nacional e inauguran la tan luchada bancada del tocado. Sonia dejará el Parlamento para ocupar la Explanada de los Ministerios, ya que fue nombrada la primera ministra de los Pueblos Indígenas de Brasil.
Ambas recorrieron el camino que abrió Joenia Wapichana en 2018, la primera mujer indígena en llegar al Congreso. Ella misma, esta semana, se ha convertido también en la primera mujer indígena en ocupar la presidencia de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai).
La llegada de las tres mujeres al centro del poder, en Brasilia, es el resultado de una lucha que comenzó en la base, en las aldeas. SUMAÚMA conversó con indígenas de diversas partes del país, que estaban en Brasilia para seguir las ceremonias y participar en una premarcha de mujeres, sobre el significado de este nuevo momento.
Traducción: Meritxell Almarza