Sabía el peso de esos cinco minutos. “Había hecho un guion específico para hablar 15 minutos, también uno para hablar diez minutos, un guion para cinco y uno para tres minutos. Pensé: ‘¿Qué puedo decir que sea destacable, que sea un aporte técnico, pero también la palabra de los pueblos Indígenas?’”. Tres años después del día en que hizo su primer alegato oral en la Corte Suprema, en una de las etapas iniciales del juicio del marco temporal [hito temporal], la abogada indígena Samara Pataxó contó a SUMAÚMA, en su pequeño gabinete del Tribunal Superior Electoral (TSE), en Brasilia, detalles de aquel 1 de septiembre de 2021 que definió su vida y su carrera.
Desde 2022, la Indígena Pataxó, nacida en la Aldea Coroa Vermelha, en el estado de Bahía, trabaja en el TSE en un cargo creado por el ministro de la Corte Suprema, Edson Fachin. La abogada de 34 años, que ya tiene una maestría y está haciendo un doctorado en derecho, es la primera Indígena en formar parte de un tribunal superior en Brasil. Las elecciones municipales de 2024 son el segundo pleito que acompaña desde el cargo, en el que debutó con la turbulenta disputa presidencial de 2022. Desde entonces, la abogada es asesora jefa de Inclusión y Diversidad del TSE. Los ministros Alexandre de Moraes y Carmen Lúcia, que sucedieron a Fachin en la presidencia del tribunal electoral, decidieron mantenerla en esta función.
El hito temporal es la tesis jurídica concebida por los ruralistas y la agroindustria depredadora que afirma que una tierra solo puede ser demarcada si el pueblo Indígena que la reclama estaba allí el 5 de octubre de 1988, fecha de promulgación de la Constitución. Una tesis que ya fue revocada por la Corte Suprema porque viola la misma Constitución e ignora la historia de exterminio y persecución de los pueblos originarios en Brasil. Samara estudia el tema desde que se licenció en Derecho en la Universidad Federal de Bahía.
Como abogada amicus curiae (expresión en latín que significa amigos de la Corte que actúan en un juicio dándole subsidios al órgano juzgador), Samara representó, ese día, en el alegato oral ante la Corte Suprema, al Movimiento Unido de los Pueblos y Organizaciones Indígenas de Bahía (Mupoiba). El ministro Luiz Fux, que presidía la Corte, decidió que cada abogado tendría solo cinco minutos para hablar. Debido a la pandemia de Covid-19, el alegato tuvo que ser virtual, vía Zoom, transmitido en vivo por el canal estatal TV Justiça. Samara estaba encerrada en su cuarto de estudiante en la Colina, en la Universidad de Brasilia, como se le dice a la residencia para estudiantes de la capital. La pantalla no le quitó la grandeza al momento. El tocado blanco de plumas contrastaba con su larga cabellera negrísima y lacia, y la camisa blanca hacía relucir el collar de semillas rojas y los aretes de plumas Pataxó que usaba ese día tan especial, y que todavía usa con frecuencia. La imagen era fuerte. Su discurso, elocuente.
En los 300 segundos cronometrados, Samara les dejó claro a los ministros de la Corte Suprema que hablaba como abogada, pero sobre todo como “mujer Indígena, perteneciente al pueblo Pataxó, del estado de Bahía”. La decisión sobre el hito temporal, siguió, definiría “el futuro de nuestras vidas“, la existencia de los pueblos originarios. Fue allí, en Bahía, cerca de la playa de Coroa Vermelha, donde desembarcaron los portugueses en 1500. “Nunca está de más recordar que las primeras invasiones, saqueos y robos de nuestras tierras y riquezas también empezaron aquí. Desde hace más de cinco siglos luchamos para vivir dignamente”.
La abogada fue perentoria: si no bastaba con imponerles a los Indígenas una lengua, una fe, un tipo de civilización, un estándar de sociedad, de desarrollo y de progreso, ahora quieren, con el hito temporal, “limitar, interferir y dictar los moldes de cómo usufructuamos, gozamos y ejercemos nuestros derechos territoriales, aunque estos derechos estén consagrados en la Carta Constitucional, incluso como cláusula pétrea”. Quienes apoyan semejante temeridad, concluyó, son los mismos verdugos que expulsaron a los Indígenas, por la fuerza y a tiros, de sus territorios ancestrales.
El resultado de la ecuación
El guion de cinco minutos fue convincente. Al votar en contra de la tesis del hito temporal, Fachin, ministro ponente del caso, mencionó a la abogada Pataxó. “¿Un ministro de la Corte Suprema citándome en su voto? No me hacía falta nada más en la vida, ¿no?”, dice Samara, al ritmo de otra de las muchas carcajadas que soltó durante la charla. Se ve que le encanta sonreír.
Dos meses después del alegato oral, una asesora del ministro Fachin se puso en contacto con Samara. “Ella dijo que el ministro Fachin iba a asumir la presidencia del Tribunal Superior Electoral (TSE), en una gestión corta, pero que le interesaba darles atención a los grupos subrepresentados en el proceso electoral”. Fachin buscaba ayuda para pensar sobre la participación Indígena en la política y se había quedado admirado con el discurso de Samara en la Corte Suprema. La abogada participó en una reunión con el equipo técnico del futuro presidente del TSE. “Me sentí feliz, honrada, hablé con el equipo y volví a mi vida. Trabajaba en el departamento jurídico de Apib (Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil)”.
El ministro Fachin, que invitó a Samara a asumir el cargo, está en contra del hito temporal y estuvo abierto a escuchar a los Indígenas en su gestión. Foto: Antonio Augusto/Secom/TSE
Pero la consulta no terminaría ahí. La asesora volvió a contactar a Samara, días después, para concertarle una reunión con el ministro Fachin. En el encuentro, Fachin habló de su intención de crear el núcleo de inclusión y diversidad en el TSE, y fue directo. Le preguntó a la abogada si aceptaría implementarlo y coordinarlo. “Por suerte, fue durante la pandemia y usábamos mascarillas… porque es que yo, mira, me quedé boquiabierta”.
La abogada le pidió al ministro tiempo para reflexionar porque el desafío trascendía la cuestión indígena. En ese año, 2021, en el auge del gobierno del extremista de derecha Jair Bolsonaro, Samara estaba al frente de una serie de iniciativas jurídicas, en Apib, para tratar de contener la destrucción y la retirada drástica de los derechos de los Indígenas, pero se dio cuenta de que migrar al TSE sería un paso crucial de representatividad. “No todos los días uno de nosotros recibe una invitación, directamente de un ministro de la Corte Suprema y del TSE, para estar en un espacio en el que ninguno de nosotros había estado antes”.
El ministro Fachin cree que dio en el blanco. “Más que una abogada brillante, Samara Pataxó es una voz que representa una porción significativa de la sociedad brasileña históricamente invisibilizada. La inclusión de profesionales como Samara en el sistema de Justicia es de crucial importancia para fortalecer la democracia y asegurar que el Poder Judicial refleje verdaderamente la diversidad del pueblo brasileño”, afirmó el magistrado, en un mensaje escrito enviado a SUMAÚMA. Según Fachin, la Indígena aportó “perspectivas esenciales y, sobre todo, humanas para el desarrollo de proyectos y acciones en el ámbito de la Justicia Electoral”.
Una voz importante contra el hito temporal, Fachin enfatizó que la presencia de Samara en ese juicio “fue simbólica, atrajo la atención de todos por la firmeza y claridad de su alegato oral”. La trayectoria de la abogada, concluyó, “inspira y fortalece el compromiso con la inclusión y la diversidad, necesarios en todos los ámbitos del poder público”.
En las celebraciones de los ‘500 Años del Descubrimiento’, en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, los Indígenas recordaron que se masacra a sus ancestros desde 1500. Foto: Carlos Eduardo/Folhapress
El elector y el candidato: ¿quiénes son y dónde están?
El rol de Samara en el TSE es crear estrategias y acciones para que grupos subrepresentados aumenten su participación política, como electores o candidatos. La inclusión hoy, dice la abogada, es una agenda prioritaria incorporada a la cultura organizacional del TSE y de los 27 Tribunales Regionales Electorales del país.
“No se hace de la noche a la mañana”, subraya, pero ya se han logrado resultados importantes. “Por ejemplo, estaba pendiente de implementación en la Justicia Electoral una mejor identificación de la persona electora: identificarse como cisgénero, transgénero, Indígena, Quilombola… ¿Qué lengua indígena habla esa persona? Estos datos estaban previstos en una norma aprobada en 2021, aquí en el TSE, pero aún no se había implementado”, relata.
¿Cuántos electores Indígenas hay en Brasil? ¿De qué etnias? ¿Dónde viven? “Hoy podemos filtrar esta información a través del padrón electoral de la Justicia Electoral, con datos abiertos, sobre el perfil del electorado brasileño”. Este padrón detallado se implementó con el apoyo del núcleo de Samara, a partir de noviembre de 2022. Desde 2014, la Justicia Electoral recopila datos de los candidatos, pero esta radiografía de los electores se empezó a realizar recién hace dos años. De los casi 156 millones de electores en Brasil habilitados para votar, 155.661 (cerca de 0,1%) se declararon Indígenas, de más de 300 etnias. Entre ellos, 11.576 dijeron que no sabían de qué pueblo eran y otros 2.538 informaron que eran de etnias “no determinadas”.
Conocer el perfil del electorado de los grupos invisibilizados, explica Samara, es una herramienta para “orientar las políticas públicas de mejora y ampliación de la población Indígena como electores”. Samara y su equipo también supervisan actividades itinerantes de educación electoral en zonas de difícil acceso. “Para explicar, en estas comunidades, sobre la importancia de votar”. Además de todo esto, por supuesto, siempre hay que pensar en la logística del día de las elecciones, asegurando el derecho al voto incluso en las comunidades más remotas.
Solo las acciones afirmativas pueden estimular el aumento de las candidaturas de grupos subrepresentados, como los de Indígenas, negros y mujeres, dice Samara. No le corresponde a su asesoría controlar si los partidos políticos están asignando el 30% de los recursos a candidatos negros y mujeres, como exige la ley, pero sí puede mostrar los canales para que estas denuncias lleguen al Ministerio Público Electoral. El hecho de que el Congreso haya aprobado, a finales de agosto, una enmienda constitucional que concedía una amnistía a los partidos políticos —de aproximadamente cuatro millones de dólares— que no respetaban las normas de financiación de candidaturas femeninas y negras “es un síntoma de que hay algo que trabajar”, afirma, sin juzgar el mérito de la propuesta. Su posición en el TSE le impide dar su opinión.
El hito temporal, tema que moviliza a los Indígenas de todo el país, despertó el interés de Samara incluso antes de la vida académica. Foto: Lela Beltrão/SUMAÚMA
Cuota del 30% también para Indígenas
La cuota del 30% de candidaturas de mujeres y negros también se aplicará en las candidaturas de Indígenas, pero solo en las próximas elecciones. El TSE falló a favor, a principios de este año, de una consulta de la diputada federal de Minas Gerais, Célia Xakriabá, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), para que los candidatos Indígenas tuvieran la misma cuota de recursos para financiar sus candidaturas y tiempo proporcional de publicidad electoral en radio y televisión.
En las elecciones de 2020, 2.216 candidatos autoproclamados Indígenas participaron en la disputa, un crecimiento del 29% con respecto a las elecciones municipales de 2016, cuando se presentaron 1.715 candidatos Indígenas. Ahora, en octubre, 2.578 de los candidatos que se postularon para los cargos de alcalde o concejal se autodeclararon Indígenas. “A los Indígenas les interesa la política partidaria, pero les faltan condiciones, acceso, información y posibilidad de ejercer un mandato. Pero incluso en una situación difícil, de desigualdad, se manifiestan y hay un interés creciente en las disputas electorales”.
Nacida y criada en el extremo sur de Bahía, Samara se enorgullece de decir que ella y sus hermanas menores lograron completar sus estudios de nivel superior. En la familia hay dos abogadas y una fisioterapeuta, pero su recorrido no fue fácil. “En los años 1990, los niños de mi generación ya tenían acceso a la escuela dentro de la aldea, aunque todavía en situaciones precarias, pero era el lugar que teníamos para alfabetizarnos y también poder aprender a leer y a escribir”.
Para hacer el secundario, Samara tuvo que cambiarse a una escuela estatal no Índígena fuera de la aldea. Su sueño de juventud era estudiar pedagogía, pero todo cambió cuando hizo una pasantía en servicios administrativos, como joven aprendiz [un programa del gobierno que incentiva el primer empleo de jóvenes estudiantes garantizándoles todos sus derechos], en la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai), en Porto Seguro. “Allí tuve un golpe de realidad que me motivó a tener otra profesión”.
La Pataxó sintió en la rutina del sector público la falta de sensibilidad y la mala voluntad de los funcionarios con el cumplimiento de los derechos Indígenas. Y notó que la mayoría de los funcionarios no eran Indígenas. “Me di cuenta de que si entendiera las leyes podría ayudar a mi pueblo, principalmente en lo que respecta a la demanda de derechos territoriales. Hacía falta alguien que entendiera las leyes para poder revertir esto a nuestro favor”.
Sobre quién te inspira
Mientras maduraba su deseo de estudiar derecho, fue influenciada por Joenia Wapichana, que es hoy presidenta de la Funai, la primera Indígena que ejerce la profesión de abogada en Brasil. Joenia había ganado prominencia nacional en los medios después de haber hecho su alegato oral en el caso de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol, en 2008, cuando los pueblos originarios reclamaron su territorio completo.
“La imagen de Joenia me confirmó la intención de estudiar derecho. Eso me despertó, se convirtió en mi referente. Cuando vi a esa abogada Indígena en la Corte Suprema defendiendo los derechos de los pueblos, me dije: ‘Eso es lo que quiero’”.
Joenia Wapichana, presidenta de la Funai, abogada y la primera Indígena en hacer un alegato en la Corte Suprema en el caso de Raposa Serra do Sol, es la inspiración de Samara. Foto: Avener Prado/Folhapress
Fueron dos años intentando ingresar a la universidad. “No lo logré la primera vez”. Su familia le pidió que no se rindiera y que lo intentara al año siguiente. Durante un año, Samara trabajó como recepcionista en un hotel de Coroa Vermelha. En el segundo intento lo logró.
Los soñados tiempos académicos se mezclaron con la hostilidad. “El derecho, tradicionalmente, es una carrera de élite y en Salvador esto no es diferente. Personas como yo, Indígenas del interior de Bahía, con un nivel socioeconómico bajo, enfrentamos un entorno prejuicioso, excluyente”. Los compañeros iban en auto al barrio de Graça, un barrio noble de Salvador. Ella siempre iba en autobús. “Bajaba varios kilómetros, tomaba algunos atajos, subía la cuesta y cruzaba un callejón”. Las calificaciones de Samara también eran peores en comparación con las de su clase. “Me comparaba mucho con mis compañeros, pero ellos habían tenido acceso a las mejores escuelas, a los mejores cursos, y mira mi realidad… No hay manera de compararme con esa gente”.
En Salvador vivía con la familia del pastor de la iglesia a la que asistía en la aldea. Iba a quedarme allí seis meses, pero mi estadía en la capital se alargó por tres años.
Conciliar el trabajo con la facultad de Derecho era inviable. “En esa época cobraba una subvención de la Funai, de 400 reales [unos 70 dólares], pero que no llegaba todos los meses”. En el segundo mandato de Lula (2007-2010), el Ministerio de Educación hizo cambios en el Programa de Educación Tutorial (PET) y les dio una atención especial a los Indígenas, Quilombolas y estudiantes de comunidades tradicionales. Samara y algunos compañeros de otras carreras crearon un grupo de estudios interdisciplinarios para integrar el programa. “Nos ayudó académicamente, a desarrollar nuestras investigaciones y trabajos, y socioeconómicamente”.
A finales de 2014, tuvo su primera experiencia de pasantía en un despacho privado de abogados. Solo dejó su empleo para prepararse para el examen de la Orden de Abogados de Brasil [hay que aprobar este examen para poder registrarse y ejercer la abogacía en Brasil] y hacer su trabajo de fin de curso. Se mantuvo firme gracias a la Beca Permanencia, un subsidio federal para estudiantes Indígenas y Quilombolas en situación de vulnerabilidad. “Vivía con 900 reales [cerca de 170 dólares] al mes”.
La asesora jefa de Inclusión del TSE siempre subraya que, antes de ser abogada, es Pataxó, lo que se ve en los adornos que usa y en la decoración de su gabinete. Fotos: Andressa Anholete/SUMAÚMA
El primer intento de obtener el registro en la Orden de Abogados resultó frustrado. La segunda vez usó sus ahorros para pagar un curso preparatorio y estudió mucho, sola. Funcionó. Pero todavía tenía que centrarse en el trabajo de fin de curso. Y encontrar un tutor. Uno de los pocos docentes que abordaba el tema de los derechos Indígenas en la facultad, el abogado André Batista Neves, aceptó la incumbencia con placer. “Cuando Samara me buscó para orientarla, ya vino con el tema del hito temporal, que en ese momento todavía no tenía tanta visibilidad. Como Indígena, ella conocía la importancia del tema y en lo que se iba a convertir”, dijo el fiscal a SUMAÚMA.
André Neves intentó convencer a Samara que escribiera sobre otro tema, pues había poca literatura sobre el hito temporal. “Samara se mantuvo firme. Sabía exactamente lo que quería investigar y estaba más segura que yo. El hito temporal resultó ser el tema más problemático. Es una tesis absolutamente desvinculada del derecho, que ha ganado grandes defensores. Menos mal que la Corte Suprema lo rechazó. Era, de hecho, un tema más urgente”, dijo.
El trabajo de fin de curso —sobre cómo el hito temporal afecta las demarcaciones— dirigió las investigaciones de Samara en su maestría y en su doctorado, todavía en curso. En la maestría, y en su doctorado, sigue investigando sobre el tema. Por más que la Corte Suprema haya revocado la tesis del hito temporal en septiembre de 2023, por 9 votos contra 2, la fuerza de la bancada ruralista pone al Legislativo en confronto con la decisión del Poder Judicial. Además de haber aprobado un proyecto de ley (Ley 14.701/2023), días después de la decisión de la Corte Suprema, los parlamentarios también quieren cambiar la Constitución. Hay una propuesta de enmienda constitucional (PEC) que ya está lista para ser votada en el Senado, lo que debe realizarse después de la segunda vuelta de las elecciones.
Sobre lo que te mueve
El marco temporal atravesó la vida personal, académica y profesional de Samara. Ya licenciada, fue contratada por el despacho privado de abogados donde había realizado sus prácticas. “No estuve desempleada ni siquiera un día”. Pero como sentía la necesidad de ayudar a los suyos, empezó a brindar asistencia jurídica gratuita a movimientos Indígenas y ONG. “No tenían cómo pagarme”.
Con el deseo de seguir estudiando e investigando, Samara cursó un posgrado —Estado y Derecho de los Pueblos y Comunidades Tradicionales— en la Universidad Federal de Bahía, que terminó en 2018. Una amiga, también abogada, la alentó a intentar realizar una maestría [stricto sensu] en la Universidad de Brasilia, por el sistema de cuotas. “Hice el proyecto, la selección y aprobé”, recuerda con una ancha sonrisa.
En la capital federal se mudó a un apartamento de la Universidad de Brasilia que aloja a Indígenas de otros estados. Obtuve una beca de la Coordinación de la Formación del Personal de Nivel Superior (Capes), de 1.500 reales [unos 262 dólares]. “Tenía en mente que Brasilia era un lugar para hacer contactos”. Estaba en lo cierto. Eloy Terena, ahora secretario ejecutivo del Ministerio de los Pueblos Indígenas, estaba montando la coordinación jurídica de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) y la red nacional de abogados Indígenas. Samara formó parte de esa construcción. De la maestría saltó al doctorado —”porque no quería irme de Brasilia” (muchas risas)—. En 2020, Eloy Terena la invitó a trabajar en Apib.
“La primera acción que tomamos para empezar fue la ADPF 709, que es una Alegación de Incumplimiento de Precepto Fundamental, presentada ante la Corte Suprema. Se trata de la adopción de medidas por parte del gobierno federal para contener y proteger a los Indígenas del Covid-19”. Esa acción, explica Samara, fue un hito histórico para el movimiento Indígena porque “le abrió una puerta de legitimidad a Apib”. La Corte Suprema reconoció que la organización Indígena, aunque no tuviera registro fiscal de empresa, tiene poder y autonomía para interponer acciones directamente sin intermediarios. Algo inédito en el Poder Judicial.
El camino de Samara es una colcha tejida con esmero y planificación, en la que se alinea cada pedazo. “Como la tuve a Joenia de inspiración, hoy otras generaciones me recuerdan, también en la Corte Suprema, como una mujer que defiende los derechos Indígenas”.
“Aldear la política” es una expresión que surgió en el movimiento Indígena para incentivar candidaturas y les abrió el camino a mujeres como Joenia, Sonia Guajajara y Célia Xakriabá. Aldear la política, enseña Samara, es un llamado “para que los Indígenas voten por Indígenas, para que los no Indígenas también voten por Indígenas, y para que estas personas, cuando sean elegidas, sigan aldeando estos espacios, en la Cámara, en el Senado, en las municipalidades”. Para Samara, “estar en estos espacios de toma de decisiones es lo que nos permitirá construir algo que queremos, que efective nuestros derechos, que efective políticas públicas”.
En el suelo que lleva sus pisadas, Samara Pataxó entendió la importancia de aldear también el Poder Judicial.
Aldear es abrir espacios, dice Samara, que, al lado de Joenia, Sonia Guajajara y Célia Xakriabá, recorre nuevos caminos para los Pueblos Indígenas. Foto: Fabio Rodrigues-Pozzebom/Agência Brasil
Reportaje y texto: Malu Delgado
Edición: Talita Bedinelli
Edición de fotografía: Lela Beltrão
Chequeo de informaciones: Plínio Lopes
Revisión ortográfica (portugués): Valquíria Della Pozza
Traducción al ingles: Sarah J. Johnson
Traducción al spañol: Julieta Sueldo Boedo
Coordinación de flujo de trabajo editorial: Viviane Zandonadi
Editora jefa: Talita Bedinelli
Directora editorial: Eliane Brum