Querida comunidad SUMAÚMA:
En esta séptima edición tenemos una primicia; un reportaje exclusivo que cuenta la huida de 17 años de un activista por la reforma agraria muy cercano a Dorothy Stang; un artículo que rescata la vida de Tanaru, el último de un pueblo; un gran reportaje sobre el efecto de una corporación en la selva de los Awa Guajá y un artículo de opinión sobre lo que significa el tratado de las selvas que han firmado las potencias de la biodiversidad: Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo. Traemos también algo que, para nosotros, es un gran honor: la voz de Raoni, quizá la raíz más antigua y sabia de los pueblos originarios, que lleva décadas denunciando la catástrofe climática desde la selva amazónica, en un vídeo que ha grabado su nieto Matsi Txucarramãe. El gran líder Kayapó envía su mensaje a Lula.
Tenemos además el último capítulo de Naturaleza en el Poder, una serie en la que los pueblos-selva hacen sus reivindicaciones al presidente electo, que se comprometió con ellos durante la campaña. Empezamos con los líderes de los pueblos originarios, seguimos con las voces de los quilombolas, los ribereños, los campesinos y los militantes de los movimientos sociales urbanos de la Amazonia y, con especial alegría, presentamos las reivindicaciones de los no humanos (de mamíferos a reptiles, de hongos a insectos) a través de la voz de los científicos, para mostrar cómo puede ser una democracia capaz de incluir a otras especies. En esta edición, terminamos con las reivindicaciones de los niños y adolescentes de Altamira, que viven en las periferias por culpa del proceso de expulsión de sus padres y abuelos tanto de la selva como de las márgenes urbanizadas de los ríos.
Los niños y adolescentes son los más perjudicados por los proyectos de gobiernos y corporaciones y por el crimen organizado, pero nadie los escucha, ni siquiera la prensa. En nuestro artículo, explicamos por qué escucharlos es una de las premisas fundamentales de SUMAÚMA. «Lula, escucha a la nueva generación» es una colaboración con la organización Aldeias, que trabaja con los niños del complejo de viviendas sociales Santa Benedita, y ha sido producida por jóvenes artistas del colectivo urbano y periférico Reação de Rua (Reacción de la Calle).
La idea de que es necesario conservar la selva amazónica sin olvidar a las decenas de millones de personas que viven en las ciudades de los estados de la Amazonia Legal ha aparecido a menudo en los discursos de las autoridades. En SUMAÚMA estamos de acuerdo, pero solo en parte.
No comprendemos la selva y la ciudad como entidades separadas. Al igual que las ciudades se construyeron sobre el cuerpo de los árboles y otras especies, basta con mirar las periferias urbanas para darse cuenta de que están habitadas por personas que han sido expulsadas de la selva o por descendientes de personas que han sido expulsadas de la selva, o incluso por migrantes que escalaron el mapa de Brasil para llegar a la Amazonia en busca de una de las muchas (en su mayoría falsas) promesas de una vida mejor. Quienes nacieron en la Amazonia y ahora viven en la periferia han sido desarraigados tanto de la selva como de su identidad. Sin identidad, se han convertido en el genérico «pobre».
Creemos que solo se puede proteger la Amazonia restaurando los puentes rotos por la larga secuencia de asociaciones mortíferas entre los gobiernos y la iniciativa privada —en el caso de Altamira, desde la carretera Transamazónica de la dictadura empresarial y militar hasta la hidroeléctrica Belo Monte de los gobiernos democráticos del Partido de los Trabajadores—. Ahora también está amenazada por el proyecto de extracción de oro de la corporación canadiense Belo Sun, una iniciativa depredadora que depende de la decisión del reelegido gobernador de Pará, Helder Barbalho, del Movimiento Democrático Brasileño.
Hay que reforestar las ciudades y reforestar a las personas, cambiando la relación con la naturaleza en las zonas urbanas, actualmente dominadas por una élite que proviene de la explotación predatoria de la selva. Sin reforestar a las personas, incluso a las que no proceden de la selva pero que han acabado en las ciudades amazónicas, la relación con la naturaleza no cambia. Es un desafío difícil, muy difícil, pero hay que afrontarlo ya, empezando por los niños de las periferias, muchos tan exiliados de la selva que ni siquiera saben que viven en la Amazonia. De lo contrario, se corre el riesgo de que haya otra intervención violenta y colonialista, de fuera hacia dentro. Hacer desde dentro no solo significa hacer con gente local, sino también hacer desde otro tipo de pensamiento/entendimiento y con otro lenguaje.
SUMAÚMA pretende restaurar estos puentes con periodismo.
Todo indica que el gobierno de Bolsonaro hará maldades contra la naturaleza y los pueblos-naturaleza hasta el último día. La última la ha descubierto Talita Bedinelli, editora especial de SUMAÚMA: miles de indígenas podrían quedar fuera del censo de 2022. Esto significa que, si la sociedad no se moviliza para revertir este escándalo, no sabremos qué ha pasado en más de una década con los Yanomami, violentamente afectados por la minería ilegal, ni se podrán planificar e implementar políticas públicas coherentes para esta población.
La autora de esta exclusiva es también la periodista que hizo el reportaje de estreno de SUMAÚMA: «¿Por qué los garimpeiros se follan las vaginas de las mujeres Yanomami?». Este extraordinario trabajo, que hizo Talita Bedinelli en colaboración con la indigenista y antropóloga Ana María Machado y el fotógrafo Pablo Albarenga, también editor de imagen de SUMAÚMA, ha sido reconocido con el segundo lugar en la categoría reportaje del premio Movimiento por la Justicia y los Derechos Humanos. Celebramos enormemente haber recibido un premio de periodismo con el primer reportaje y con poco menos de 3 meses de existencia.
El periodista de Maranhão Ed Wilson debuta en SUMAÚMA como autor del reportaje sobre la increíble fuga de 17 años de Geraldo Magela de Almeida Filho. Activista por la reforma agraria muy cercano a Dorothy Stang, cuando asesinaron a la misionera en Anapu, en el estado de Pará, Magela fue acusado de un crimen que no cometió. Tuvo que cambiar de nombre y de estado y construir una vida en la clandestinidad como viajante comercial de productos del campo cuyos clientes son, en su mayoría, ruralistas de la región amazónica. El periodista Ed Wilson, que cuenta esta saga a pedido de SUMAÚMA, construyó su carrera trabajando en los movimientos sociales y sindicales de Maranhão, ha publicado 2 libros y está preparando la publicación de un tercero, todos ellos centrados en el fascinante mundo de las radios comunitarias. También es profesor de periodismo en la Universidad Federal de Maranhão, en la capital São Luiz, y productor de contenidos de la Agência Tambor.
Soledad Barruti, una de las periodistas más reconocidas de América Latina, es la autora de un gran reportaje en el que muestra el impacto del tren de la corporación Vale, la mayor productora de mineral de hierro del mundo, en el territorio del pueblo Awa Guajá. Merece la pena cada minuto de lectura de este documento que narra cómo los guardianes de la Amazonia luchan contra el fin del mundo enfrentándose a corporaciones poderosas y su constante ecoimpostura o greenwashing. Catarina Barbosa, periodista de Belém do Pará, cuenta la historia de Tanaru, el último superviviente de un pueblo que fue víctima de genocidio, o al menos todo lo que podemos saber de aquel que prefirió alejarse de nosotros porque somos asesinos. La extraordinaria rexistencia de Tanaru supera su muerte y podría ser decisiva para el destino de la selva.
En un artículo especial para SUMAÚMA, Daniela Chiaretti, una de las más respetadas periodistas especializadas en medio ambiente desde la perspectiva del sur global, escribe sobre el tratado que han firmado las potencias de la biodiversidad: Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo. «¿Por la naturaleza o solo por el dinero?» es la pregunta espinosa. El tema parece árido, pero es fundamental para que podamos entender lo que está en juego en el debate sobre la Amazonia. Expresiones como «créditos de carbono» se están utilizando sin que la mayoría de la población las entienda. Es una forma deliberada de exclusión. SUMAÚMA intentará traducir los principales temas del debate mundial sobre la mayor selva tropical del planeta para que, una vez más, las decisiones no procedan solo de las cumbres y se conviertan en otra intervención violenta y colonialista sobre la naturaleza y sus pueblos.
Este séptimo boletín marca la última edición de este año y casi 3 meses de vida de SUMAÚMA — Periodismo desde el centro del mundo. Con un equipo muy pequeño, inicialmente de 5 personas, hicimos todo lo posible (y a veces lo imposible) para lanzar esta plataforma de periodismo trilingüe con sede en la Amazonia antes de estas elecciones históricas en Brasil. Queríamos aportar nuestra contribución en el campo del periodismo, por pequeña que fuera, para mejorar el desenlace de este momento límite que viven la Amazonia y Brasil.
También queríamos dejar claras, en este estreno, nuestras premisas fundamentales. A partir de nuestro mantra, «la selva primero», mostramos en la serie Naturaleza en el Poder quién debe hablar y ser escuchado primero en la Amazonia, con la Amazonia, sobre la Amazonia. También introdujimos nuestra reivindicación de que, en el siglo 21, una democracia solo puede tener este nombre si incluye a otras especies. Y, por último, hemos establecido que escuchar a las nuevas generaciones es un principio irreductible. Con la creación de la Radio SUMAÚMA hemos establecido, además, que nuestro periodismo también es oral, por respeto a la transmisión oral de conocimientos y noticias de los pueblos-selva. Nuestro podcast quincenal puede escucharse en cualquier reproductor de audios. Lo presentan la indígena Elizângela Baré y el ribereño Maickson Serrão, en colaboración con la Rede Wayuri de Comunicación Indígena. La producción es de Vem de Áudio.
Nuestro próximo boletín solo saldrá el 10 de enero. Hasta entonces, pondremos la casa en orden porque queremos estar preparados para hacer mucho más en 2023. Pero no los dejaremos sin nuestra compañía: una vez por semana habrá un reportaje, un artículo o un podcast para nuestros lectores activos. Fortalecer nuestra comunidad de lectores es uno de nuestros objetivos para 2023. Como no nos cansamos de repetir, sin su participación y apoyo, SUMAÚMA no podrá convertirse en árbol en el periodismo en el planeta.
Agradecemos profundamente a quienes nos ayudaron a sembrar SUMAÚMA contribuyendo al financiamiento colectivo en Apoia-se y esperamos que una de sus metas para el próximo año (¡y que llegue pronto el 2023 para que Bolsonaro deje el Palacio del Planalto!) sea seguir aún más cerca de nosotros. Esperamos que nuestro periodismo, en estos casi 3 meses iniciales, haya estado a la altura de su confianza. Por nuestra parte, puedo decir que hemos hecho de SUMAÚMA el centro de nuestra vida, porque, al fin y al cabo, un parto es así. Terminamos el año como madres y padre de un recién nacido: desaliñados, con ojeras profundas, la gimnasia aplazada hasta el año que viene, el pago de las facturas atrasado, soñando con dormir al menos 7 horas ininterrumpidas, ansiosas por leer esa novela que nos mira con desesperanza desde la mesita de noche. Pero llenas de alegría por lo que hemos logrado.
El pasado jueves, 2 de diciembre, cayó la primera gran lluvia en Altamira. Marca el comienzo del invierno y también, esperamos, el fin de los incendios criminales. Ni siquiera los grileiros y los madereros pueden incendiar una selva encharcada. Me gustaría que estuvieran con nosotros para verlo. Llueve y la selva se transmuta. Se vuelve más verde y, se los juro, la altura de las plantas aumenta a pasos agigantados ante nuestros ojos atónitos. Entonces entendemos cómo la Amazonia sigue existiendo, a pesar de todos los ataques. Su capacidad de regeneración, cuando aún le queda algo de salud, es impresionante. Pero sabemos que los ataques han sido tan enormes y violentos que esta capacidad de regeneración ya está casi un 20% comprometida. Así que, en este comienzo del invierno amazónico, respiramos. Pero de pie, porque la lucha continúa y por ahora nos están masacrando.
Empezó a llover y nuestro perro Babaju (contracción de Babaçu Junior) salió corriendo porque tiene miedo de los truenos y tuvimos que correr tras él antes de que atacara el gallinero del vecino. Es un perro enorme, pero tiene pánico a las tormentas. Nuestra cocina se inundó —porque la naturaleza se las apaña para desbarajustar las tejas, porque somos intrusos—, al igual que la casa de los patos y las gallinas. Mientras yo coordinaba la edición de este boletín, Jonathan Watts clavaba tablas para evitar que los pollitos se ahogaran, mientras los patos nadaban como si fuera Navidad. Se los cuento para que sepan que la vida de los que hacen SUMAÚMA es como la suya, toda revuelta.
Cuando la lluvia cae con fuerza, reverdeciendo lo que ya es verde, siento una alegría más grande que yo. Y una alegría como esta es la que sentimos por el nacimiento de SUMAÚMA. Y porque ustedes creyeron en nosotros.
Que venga 2023. Porque haremos periodismo desde la selva y lucharemos con alegría feroz.
Eliane Brum
Idealizadora y directora de redacción de SUMAÚMA
Traducción de Meritxell Almarza