En la lengua patxohã (Pataxó), aragwa quiere decir “lugar sagrado” y aksã, conquista, victoria. La combinación de las dos palabras forma Aragwaksã, nombre que recibe la fiesta tradicional de esta etnia que rescata la ancestralidad, la memoria, la cultura y celebra las conquistas de la lucha del pueblo Pataxó. Este año, invitados de todo Brasil vinieron a ver de cerca un encuentro histórico entre dos culturas milenarias: la de los Pataxó y los Sateré Mawé.
Tukumã Pataxó y Samela Sateré Mawé, dos jóvenes líderes indígenas que difunden la cultura de los pueblos tradicionales y el derecho a sus territorios, eligieron casarse en uno de los eventos más importantes de la cultura Pataxó. El Aragwaksã se realiza desde hace 25 años en la Reserva de Jaqueira, en Porto Seguro, estado de Bahía. Fue la primera vez en la historia que la reserva pudo emitir en el Registro Civil un certificado de un casamiento tradicional indígena que reconoce la ceremonia Pataxó como una unión legítima para el estado brasileño.
El 1 de agosto, fecha de la boda, los Pataxó fueron sorprendidos por el mayor público de la historia de esta celebración.
Los Pataxó fueron uno de los primeros pueblos en ser diezmados tras la llegada de los colonizadores portugueses. Está exactamente en esta región el hito de la llegada de las primeras carabelas europeas que, en 1500, invadieron y celebraron la primera misa en Brasil. Para los Pataxó, el Aragwaksã es también una oportunidad para “deconstruir el mito del descubrimiento de Brasil”, exaltando la resistencia y la potencia de su pueblo a lo largo de los siglos.
El casamiento tradicional es un ritual marcado por profundas simbologías. La pareja que celebrará la unión pasa por varias etapas de preparación.
El hombre tiene que probar que es capaz de proteger a su familia.
Antes, cuando había grandes batallas entre los pueblos originarios, los guerreros tenían como tarea primordial la protección de sus respectivas esposas. Una forma de demostrarle a la comunidad que estaba listo para ese momento era someterse a pruebas en la ceremonia de la boda.
En la versión actual de la fiesta, el novio tiene que ir a cazar a la selva y traer un animal para alimentar a su futura familia. Si no logra traer nada, se le impide casarse.
Después de la caza, tiene que llevar por una larga distancia un tronco de madera que pesa lo mismo que la novia. La prueba del tronco es la de la responsabilidad del guerrero con el objetivo de demostrarles a sus parientes que tiene la disposición física y la capacidad para cuidar a su nueva familia.
Otro momento importante es el intercambio de las coronas de plumas entre los novios, el símbolo principal de la unión. Lo que simboliza el anillo de bodas en la ceremonia del pueblo Pataxó es la corona de plumas.
Cada detalle de las pinturas y de los trajes que usan los novios en la ceremonia también tiene su significado. Tukumã usó los colores tradicionales de su pueblo en rituales de lucha y ceremonias importantes. Los Pataxó usan el color rojo para las peleas; el color negro representa el duelo por los familiares y el color blanco, la paz.
Mauricio Duarte, estilista de Manaus y amigo de la novia, fue quien se encargó de su vestido. La ropa fue confeccionada con tela natural de lino y algodón, teñida de rojo. La falda fue pintada a mano por su hermana, Sandy Sateré Mawé.
Tukumã Pataxó, de 24 años, nació y creció en la aldea Coroa Vermelha, ubicada entre Porto Seguro y Santa Cruz Cabrália, en el estado de Bahía. Es hijo y nieto de importantes líderes indígenas, precursores de la lucha por la demarcación de las tierras de su pueblo.
La novia, Samela Sateré Mawé, de 26 años, es del estado de Amazonas. Se convirtió en un referente de la comunicación indígena por producir contenido relevante y didáctico sobre los derechos de los pueblos originarios y su lucha.
Samela y su familia fueron recibidos por el pueblo Pataxó. Tukumã prometió que también pasará por los rituales de la cultura del pueblo Sateré Mawé. Tukumã y Samela hacen la demarcación a través de las pantallas, usando las redes sociales para difundir conocimiento sobre la cultura y las tradiciones de sus pueblos y reclamar sus derechos. Ahora la pareja sigue adelante unida con la protección espiritual de sus ancestros.
Verificación: Plínio Lopes
Revisión ortográfica (portugués): Elvira Gago
Traducción al español: Julieta Sueldo Boedo
Traducción al inglés: Mark Murray
Edición de fotografía: Mariana Greif
Montaje de página: Érica Saboya